Guernika: Cuadro de Pablo Picasso
26.ABR.2011
Yaneily García Ramos/Servicio Especial AIN
Durante el curso de la Guerra Civil Española, el 26 de abril de 1937, la capital cultural e histórica del País Vasco, Guernica, entró a la historia como símbolo de la barbarie cometida contra ella, y estandarte para el pensamiento antibelicista mundial, al convertirse en la primera ciudad destruida por un ataque aéreo dirigido a civiles.
Conocida como la operación Rügen, la ofensiva sobre la población por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana en apoyo al régimen de Francisco Franco, fue calificada como genocidio por la opinión pública de la época e inmortalizada en la obra homónima del genial pintor Pablo Ruiz Picasso.
El bombardeo realizado al caer la tarde, dejó cientos de muertos y provocó incendios que destruyeron las tres cuartas partes de la ciudad, cuna del nacionalismo vasco contrario a Franco.
Días después de la agresión, el periodista inglés de origen sudafricano George Steer, denunció la tragedia desde la portada del New York Times en un célebre artículo, que no obstante fue confinado al relativo anonimato de la página 17 del Times de Londres.
Las descripciones de Steer ilustraban vívidamente los avances en picada de los Junkers y Heinkels alemanes dejando caer bombas, en su mayoría incendiarias, para después ametrallar a los habitantes que trataban de huir de las llamas.
Al principio las fuerzas republicanas fueron culpadas por los franquistas, argumento repetido por los medios de comunicación y los círculos conservadores europeos, sin embargo luego se conoció la participación de la Luftwaffe germana, la cual afirmaba que sus objetivos habían sido un puente y una fábrica de armas en las cercanías de Guernica.
Según testimonios del cienfueguero Jorge Eduardo Elguezábal Martínez, testigo y sobreviviente del bombardeo, el escenario era muy cruel al salir de los refugios, con cadáveres de personas por doquier.
“No creo que mis palabras puedan llegar a reflejar exactamente aquella masacre que tengo ante mis ojos ahora mismo, pues se trata de algo que jamás olvidé, ni siquiera un solo fragmento.
(…) Tres instalaciones quedaron en pie: la Casa de Juntas, la Iglesia de Santa María de Guernica y la Fábrica de Pistolas y Platería, esta última de un rico propietario franquista, el clero español apoyaba a Franco… más claro ni el agua.”
A pesar de las excusas, ni el puente ni la fábrica de armas sufrieron daños y una extensa búsqueda por parte del periodista inglés Gordon Thomas en la década del ´70 del siglo pasado, permitió confirmar que el ataque correspondía a una “estrategia del terror” ideada por los franquistas y sus aliados nazis, quienes pretendían arrasar la zona de Vizcaya y terminar la guerra rápidamente en esa región.
Guernika después del bombardeo.
La barbarie del hecho inspiró a artistas de todo el mundo, los escritores Blas de Otero y Gabriela Mistral compusieron poemas alegóricos, el de esta última, titulado Árbol de Guernica.
Basado en ese crimen es también el más famoso cuadro de Picasso; obra que se expuso por primera vez en el pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937.
Pablo Picasso
Durante la dictadura de Francisco Franco la pintura estuvo custodiada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, fue devuelto a España en 1981 y desde 1992 pasó en exhibición permanente desde 1992 la Reina Sofía de Madrid.
74 años han transcurrido de la tragedia de Guernica y aún el relato de aquel cruel bombardeo resulta estremecedor e inolvidable.
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