El NEOLIBERALISMO
1. CONCEPTO
La corriente liberal extrema o neoliberalismo es una
forma de dominación creada en beneficio de los intereses del gran capital
(financiero, principalmente), y que se expresa en lo ideológico, social y
político, pero con un predominio en lo económico. Es heredero y se enmarca
dentro de los postulados esenciales del liberalismo clásico de los ss. XVIII y XIX, siendo revisados
y readaptados en el marco del desarrollo propio del Capitalismo, en su fase
superior y última, es decir, el imperialismo.
El neoliberalismo surge tras el fin de la Segunda
Guerra Mundial y luego de la publicación, en 1944, del libro The road of
serfdom (Camino hacia la servidumbre) de Friedrich von Hayek.
Esta corriente aparece en el panorama mundial como
una vehemente reacción teórica y política contra el intervencionismo del Estado
y el Estado de bienestar, políticas extendidas en diferentes países por muchos
gobiernos socialdemócratas en los años comprendidos de 1945 a 1973. De la misma
manera, el neoliberalismo es la respuesta al progresivo desprestigio en que
había devenido la política del laissez-faire hasta su gran crisis final
con el Crack de 1929; la gran depresión de los años de 1930, y también la
ineficacia que, para los neoliberales, habían representado la teoría de Keynes
en los regímenes proteccionistas de Europa occidental y el New Deal de
Roosevelt en los EE.UU.
Sin embargo, las tesis neoliberales cobrarán
verdadero valor y serán puestas en práctica luego de la crisis del modelo
económico de postguerra ("los años dorados del Capitalismo") y el
alza del precio del petróleo a mediados de 1970, primero en los EE.UU.,
posteriormente en Reino Unido y otros países del mundo tras el fin de la Guerra
Fría.
2. ESENCIA
IDEOLÓGICA DEL NEOLIBERALISMO
Son varios los postulados del liberalismo clásico
revisados, revitalizados y defendidos por los neoliberales, siendo el principal
de ellos, en el plano ideológico, la máxima
y plena realización del individuo en un ambiente de libertad, sin coerción
ni restricción alguna. Como el hombre es un ser moral con una conciencia,
voluntad y razón, restringirle su libertad —política, económica, social,
religiosa, etc.— sería privar seriamente su derecho a desarrollar su propia
vida según su mejor juicio individual. Y como el actor principal de la sociedad
es el individuo, la maximización del bienestar individual es la fuerza
conductora de la economía. Frenar los esfuerzos económicos de los individuos
limitaría sus otras libertades, entonces no podría alcanzar, como individuo, su
desarrollo pleno.
Es por ello que, tanto el liberalismo clásico
(aunque no completamente) como el neoliberalismo postulan que la economía y el
mercado, propiamente dicho, no deben estar sujetos a la intervención y control
del Estado, el cual restringe y coacciona la libertad. Señalan sus defensores
que el mercado libre es el sistema más fiable y flexible para regular la oferta
de los bienes producidos por la inventiva empresarial y la demanda de los
individuos que consumen de acuerdo a sus necesidades y voluntades. Un mercado
libre, manifiestan, impulsa la dinámica del esfuerzo individual, la
competencia, la actividad y creatividad empresarial.
El neoliberalismo, es, básicamente, una doctrina de la economía, pero
también es una doctrina filosófica (desde el campo de la filosofía moral); es
una doctrina política, también una doctrina social y cultural. Su ideología se fundamenta en el culto del mercado, subordinando a
todos los actores económicos a sus demandas, incluso al Estado, al orden civil
y al individuo como tal.
Como doctrina
económica, se ha señalado el neoliberalismo idealiza la libertad de mercado
y rechaza toda intervención que pretenda limitar o coactar esa libertad
(natural para los neoliberales). Es la libertad del mercado la que asegura y
garantiza las otras libertades, por lo que sacralizarla resulta imperativo para
resguardar el equilibrio social y natural.
Como doctrina
filosófica, parte de la filosofía moral, en donde se da connotación al
profundo individualismo sustentado en la libertad absoluta de la persona humana
y su tendencia a mantenerla liberada de toda limitación trascendente y de toda
autoridad dogmática. Esta posición es sostenida por los neoliberales, puesto
que señalan que, siguiendo a Adam Smith, de la suma de los egoísmos
individuales brota la armonía social.
Como doctrina
política, es postulado esencial del neoliberalismo la competencia, que pone
a funcionar hasta el máximo de las energías latentes de los individuos que
conforman el todo social, provocando una sociedad de bienestar. Según este
postulado, los individuos sólo pueden desarrollar sus capacidades a través de
la competencia, la cual es presentada como la mediación por excelencia para el
pleno desarrollo de las potencialidades humanas. De igual forma, el
neoliberalismo desarrolla el principio de la igualdad de oportunidades; este
principio garantiza la creación de una estructura ética, jurídica y política
que permita por igual a todos los hombres explotar al máximo de sus
potencialidades, en condiciones de competencia, en procura del bienestar.
En cuanto a la doctrina del neoliberalismo, quizás impropiamente designada como
tal, constituye más que todo una tónica resultante del pensamiento y de la
práctica del neoliberalismo en su connotación económica, filosófica y política.
Vendría a ser, en todo caso, un impacto del neoliberalismo y sus efectos en la
sociedad y en el desarrollo de las fuerzas sociales de las naciones donde se
vienen aplicando sistemáticamente los postulados del neoliberalismo.
Y, finalmente, el neoliberalismo, en el plano de la cultura, se manifiesta desde un
cuerpo de valores basado en la tradición judeocristiana,
con una clara visión hacia el pasado para legitimar y dotar de sentido las
prácticas humano-sociales del presente. Sin embargo, esta construcción de
valores tiene que ser coherente con la dinámica tecnoeconómica de la
actualidad. Este proceso, al decir de ciertos académicos, constituye una clara
"contra ilustración neoconservadora".
3. ESTADO Y
POLÍTICA EN EL NEOLIBERALISMO
Como ya se ha señalado, el neoliberalismo es una
reacción contra el keynesianismo y el Estado de bienestar de los regímenes
socialdemócratas de Europa occidental y de otras regiones del mundo.
La teoría de Keynes, si bien se presentaba como una
corriente económica capitalista, representó para el contexto (la Gran Depresión
de los años de 1930, el fin de la Segunda Guerra Mundial y la confrontación con
la economía planificada de la URSS) una salida (o mejor dicho un salvavidas del
sistema) que aprovecharon los gobiernos socialdemócratas de la época.
La teoría económica de Keynes, conjugada con las
tesis revisionistas de estos gobiernos, dio origen en los años de 1940 al
modelo que se empezó a conocerse como Estado de bienestar (welfare state), el
cual tuvo su máximo desarrollo durante las décadas de 1950 y 1960 ("edad
dorada del Capitalismo"), para devenir luego en crisis profunda en el
primer lustro de 1970, precipitada con el alza del precio del petróleo en 1973.
El Estado de bienestar era un modelo que proclamaba,
siguiendo los postulados del socialismo revisionista europeo, que el objetivo
primordial de la política y la economía era asegurar la redistribución de la
riqueza de acuerdo a los principios de igualdad y sociedad, particularmente en
el mercado y la economía. El móvil del Estado fuerte, sólido que intervenía en
todos los componentes de la sociedad, particularmente en el mercado y la
economía. El móvil del Estado interventor sería, de acuerdo a los postulados
del Estado de bienestar, proteger los intereses ciudadanos, asegurar sus
beneficios económicos y sociales (por ejemplo, el empleo pleno, seguro social,
entre otros.)
De esta manera, entre los años de 1940-1970, el
modelo que hegemonizó el panorama del mundo occidental fue aquel que concebía a
un Estado sólido, regulador, intervencionista y protector, subordinando la economía
a la política y el mercado al Estado.
Tras la crisis de la economía capitalista de
posguerra y el alza del precio del petróleo, algunos regímenes comenzaron a
considerar seriamente los postulados del neoliberalismo y aplicarlos
sistemáticamente; ello se produjo, por ejemplo, en EE.UU., con el gobierno de
Reagan, y Reino Unido, con el de Thatcher.
Se dijo que el neoliberalismo fue una reacción
furibunda contra el modelo del Estado de bienestar que interviene y regula el
libre movimiento y circulación de todos los componentes del mercado,
coaccionando y restringiendo la competencia a la vez que protegía y brindaba
asistencia a la sociedad sin medir las consecuencias ni considerar los riesgos,
los cuales, según los teóricos neoliberales, pueden ocasionar en un país el uso
descontrolado de los recursos económicos en la asistencia a la población.
El neoliberalismo como novedoso modelo del
Capitalismo propugna, entonces, la abolición
del intervencionismo estatal en los asuntos del mercado y la economía, a la
vez de dotar de máxima libertad a los
agentes que intervienen en la actividad económica. Para este modelo un
mercado libre asegura y garantiza la libertad del individuo, su desarrollo y
bienestar social en un contexto de competencia y según los principios de
igualdad de oportunidades.
De esta manera, para el neoliberalismo, el papel del Estado queda
completamente definido: no debe
intervenir en el orden del mercado ni debe impedir su libertad. Sin
embargo, se plantean también ciertas responsabilidades que el Estado debe
asumir: resguardar el orden jurídico y administrar eficientemente los bienes
que son considerados públicos. De igual forma, el Estado debe promover la
competencia y garantizar la igualdad de oportunidades para el desarrollo de las
potencialidades el los individuos y el logro de un bienestar. No podemos dejar
de señalar, empero, que el neoliberalismo esconde serias contradicciones: exigen un Estado con participación mínima, pero a
la vez fuerte, para la implementación de la programática neoliberal[1] proclama la lucha por las
asociaciones (por ejemplo, las sindicales), a la vez que restringe la
participación de los ciudadanos en la toma de decisiones; afirma, además, que
con la libertad del mercado y la competencia se asegura el bienestar social, empero,
las experiencias demuestran que un mercado libre y la competencia más bien
aseguran las iniquidades y la injusticia social, beneficiando a unos pocos en
detrimento de la inmensa mayoría.
El neoliberalismo rechaza cualquier participación del Estado en la
dinámica del mercado, sin embargo, como ya es característico, no duda en
promover gobiernos autócratas para que, con la coacción y la represión, y
mediante políticas estatales, se creen, protejan o mantengan mercados absolutos[2].
La participación del Estado en el establecimiento del neoliberalismo
ha sido en muchos países vital y son prueba fehaciente de las relaciones
armoniosas y recíprocas entre estados y mercados[3]; resultan casos típicos
los países del sudeste asiático ("los tigres de Asia"), la China y la
India y muchos países de Latinoamérica como Chile, México, Argentina y Perú. De
igual manera, las instituciones multilaterales, claves para la propagación e
imposición de la programática neoliberal, como el FMI y el Banco Mundial,
recurren prestamente a los gobiernos autoritarios quienes aplican
draconianamente sus prescripciones sin medir los costos sociales.
A pesar que el neoliberalismo propugna un Estado
mínimo —como ya vimos, esto es, en teoría ya que la realidad le contradice
completamente— resulta imposible pensar en un Estado que no administre el bien
común y garantice la justicia social para sus ciudadanos. Los países en
desarrollo como el nuestro, requieren la formación de bienes públicos: la ley,
la justicia y la seguridad, al igual que educación, salud y obras en
infraestructura pública son limitados, y son muy deseados[4].
En tal situación, y previendo que el mercado no garantizará aquello, resulta
imprescindible la existencia de un Estado, no robusto, pero sí presente y
necesariamente eficiente para la satisfacción de las necesidades y exigencias
de la población. De la misma manera, la presencia del Estado debe garantizar la
regulación y control al absolutismo del mercado.
3.4. PROPUESTA
ECONÓMICA DEL NEOLIBERALISMO
El neoliberalismo, además, de ser una novedosa
corriente del pensamiento en el plano de las ideas, la política, la filosofía,
la cultura, etc., es básicamente una doctrina económica. Se ha mencionado en
referidas ocasiones que el neoliberalismo surge como una reacción vehemente
contra la teoría y la práctica del Estado de bienestar de los gobiernos
socialdemócratas de las décadas del cuarenta al setenta del s. XX. Se señaló, además, que este Estado de bienestar
intervenía el mercado, a la vez que regulaba su dinámica y limitaba su
libertad. De la misma manera, al administrar el bien común y pretender
garantizar la justicia y equidad social, la figura del Estado protector se
irguió como un aparato elefantiásico que omnímodamente dirigía las riendas de
las naciones. Pues, ante este modelo y a la posición de este Estado, el
neoliberalismo reaccionó con ardor y se opuso impetuosamente.
Desde 1944, con la propuesta de Hayek y el
surgimiento del círculo de académicos en Mont-Pélerin en 1947[5],
las ideas y postulados neoliberales empezaron a divulgarse con celeridad e
insistencia. No fue, sin embargo, hasta los primeros años de la década de 1970
cuando las tesis neoliberales cobraron verdadero valor y fueron considerados en
la agenda reformadora de algunos países occidentales. En 1973, el alza del
precio del petróleo precipitó el ocaso de la economía de bienestar. La crisis
del modelo del welfare state, empero, venía ya extendiéndose desde hacía
tiempo atrás: el inicio de la profunda recesión en los años de 1960 que, luego,
desembocaría en crisis; la combinación peligrosa de la baja tasa de crecimiento
y una elevada inflación, dando lugar a la estanflación; el creciente desempleo
y el cada vez mayor descontento de la población al no ver satisfechas,
plenamente, sus expectativas de bienestar social; entre otras.
Los académicos neoliberales, convertidos ahora en nuevos
"gurús" de la teoría económica, no dudaron en señalar como
responsable de la crisis al modelo de Estado de bienestar y su intervencionismo
en el mercado y la economía, criticando a la vez, y con dureza, las políticas
proteccionistas dentro del campo económico, laboral y social, principalmente.
El primer país en el mundo
donde se experimentó el neoliberalismo fue en Chile. En este país, los EE.UU. impulsaron el derrocamiento del Gobierno
reformista pequeño burgués de Allende, en 1973, y apoyaron consistentemente la
dictadura sangrienta del general Pinochet. En este contexto de dictadura, las
ideas neoliberales (del "gurú" Milton Friedman y los Chicago Boys) encontraron
un campo fecundo y reformaron sistemática y profundamente la economía del país
sureño.
Con los gobiernos de Ronald Reagan en EE.UU. y Margaret Thatcher en
Reino Unido, quienes aplicaron el recetario neoliberal en sus economías de
manera consistente, el neoliberalismo como doctrina económica e ideológica
alcanzará su plenitud y será la que hegemonice los dictados reformistas de la
economía en diversos países durante las décadas de 1980 y 1990.
Algunos de los postulados del neoliberalismo económico provienen del
pensamiento liberal y del marginalismo, otros son el resultado de su propia
creación. Los principios básicos, se dan a continuación:
·
La libertad es
la ausencia de coerción estatal para la producción, distribución y consumo de
bienes y servicios más allá de lo indispensable para mantener la libertad
misma. El Estado debe ser mínimo y debe estar fuera de la dinámica del mercado.
El mercado se regula solo[6].
·
La libre competencia es el
estado ideal de la economía; mediante esta premisa y el ideal de la igualdad de
oportunidades el individuo puede aspirar al bienestar social.
·
El neoliberalismo se opone
a cualquier medida proteccionista (subsidios, asistencialismo, etc.) y exige la privatización de las empresas
públicas como único camino, ya que el neoliberalismo presupone que los hechos
han demostrado la invalidez de las medidas intervencionistas y propugna que el
interés particular de cada individuo y la competencia con sus vecinos hará que
la sociedad se mueva sola hacia el interés común de esta.
·
En relación a la eficiencia
máxima en el librecambio, conocida como la eficiencia
de Pareto, la teoría neoliberal señala que la mejor situación que pueden
tener dos agentes que poseen bienes intercambiables es aquella en la que
intercambian bienes hasta el punto en que cualquier intercambio perjudicaría a
uno de los dos[7].
·
Adelgazamiento del aparato
burocrático (de acuerdo al principio neoliberal del Estado mínimo). Concesión a
la iniciativa privada de los servicios, principalmente los de comunicaciones y
transportes.
·
De acuerdo a la hipótesis de la tasa natural, la teoría
económica neoliberal señala que la tasa de desempleo, sin importar la tasa de
inflación, regresa eventualmente a un nivel que se llama la tasa natural de
desempleo. Así, el empleo total en el neoliberalismo es imposible y el
crecimiento del Ejército Industrial de Reserva resultaría inevitable.
·
Por último, se afirma que
hay un costo en bienestar social; puesto que todo impuesto, precio máximo o
precio mínimo crea un costo en bienestar social real y cuantificable.[8]
5. REPRESENTANTES
A. Friedrich von
Hayek (1899-1992)
Considerado como el "padre del
neoliberalismo", de origen austríaco. Fue formado intelectualmente por el
economista Ludwig von Mises. Dictó cátedra en diversos centros de estudios de
Europa y EE.UU. En 1944 publica la que sería la obra pilar de la ideología
neoliberal: Camino hacia la servidumbre. Es iniciador de la crítica a la
planificación, planteando que solo esta puede conducir al caos. Considera que
los keynesianos hacen del Estado un dictador económico.
Para Hayek, la democracia no constituye un sistema político infalible:
es esencialmente un medio, un procedimiento utilitario para salvaguardar la
paz interna y la libertad individual.
B. Ludwig von Mises
(1881-1973)
También de origen austriaco. Fue docente en universidades de Viena y
Nueva York. Se vinculó con el capital financiero (Rockefeller) para conseguir
apoyo económico y difundir sus ideas neoliberales. Como representante de la
llamada Escuela Austríaca, en su libro Socialismo: un análisis económico y
sociológico (1922) plantea que el modelo socialista no es eficiente ya que
le faltaba el mecanismo de precios, el cual permite la adecuada distribución de
los recursos, tal como sucede en el Capitalismo. Sus ideas neoliberales las
expone en el libro La acción humana (1941), provocando el surgimiento
del movimiento libertariano que aboga por la maximización de las libertades
individuales.
C. Karl Popper (1902-1994)
Nació en Viena (Austria) y radicó principalmente en Inglaterra. Se
vinculó con el Círculo de Viena y desarrolló importantes aportes en la
Epistemología. Tuvo amistad con von Hayek y compartió sus lineamientos
ideológicos. Formó parte de la sociedad de Mont Pélerin, la cual defendió la
doctrina neoliberal y luchó contra los estados fascistas y socialistas. En su
libro La sociedad abierta y sus enemigos, sustenta el marco filosófico
de esta doctrina.
D. Milton Friedman
(1912-2006)
Considerado uno de los más importantes economistas
contemporáneo, fue catedrático de la Universidad de Chicago. Se opuso de forma
rotunda al keynesianismo y fue defensor de las ideas neoliberales.
En 1975, Friedman desarrolló un conjunto de ideas que permitirá la
aplicación del modelo neoliberal en Chile. He aquí algunas ideas del autor en
torno a determinados temas:
·
Sobre inflación y dinero: hay
un solo camino, solamente uno ¡no dos! Se termina la inflación dejando de
imprimir dinero.
·
Sobre mercado y capitales: un
requisito fundamental para que Chile tenga un crecimiento de largo plazo es el
establecimiento de un mercado de capitales mucho más sólido, viable y eficaz.
·
Sobre el empleo: ... para
abordar el desempleo es necesario disponer de flexibilidad (...) para
contratar y despedir y que sea posible establecer y anular en forma bilateral y
libre cualquier acuerdo entre dos personas.
HISTORIA DEL
NEOLIBERALISMO
El neoliberalismo surgió tras la crisis del modelo
del laissez-faire y como contrapunto a la teoría intervencionista y
proteccionista de Keynes. Empieza a gestarse en los años de 1940 y se
materializa en un libro esencial: The road ofserfdom (Camino hacia la
servidumbre), escrito por Friedrich von Hayek y publicado en 1944.
Sin embargo, el neoliberalismo no logró expresarse sino hasta las
crisis de los años de 1970 en que se evidenció la fractura del modelo económico
de los años dorados (1945-1973)
como consecuencia del alza del precio del petróleo del año 1973. Durante esa década,
EE.UU. abortará los intentos transformadores de Chile promoviendo el golpe de
estado del general Pinochet e impulsando las primeras experiencias neoliberales
en ese país en el campo particularmente económico.
El neoliberalismo alcanzará su plenitud durante los años de 1980, con
la llegada de Margaret Thatcher y Ronald Reagan al poder en Reino Unido y los
EE.UU., respectivamente. El avance neoliberal en el mundo se contenía, empero,
por la amenaza que representaba la URSS, por lo que Washington endureció su
política internacional ("Guerra de las Galaxias") y asfixió
económicamente a la Unión Soviética en el empeño de la hegemonía militar,
trayendo consigo, luego, a fines de los años de 1980, el fin de la Guerra Fría.
Es por fin, tras el desmantelamiento de la URSS, cuando esta ideología observe
su máxima expansión a lo largo de todo el globo.
3.6.1. El ensayo
del neoliberalismo: Chile
En 1973, el gobierno reformista-nacionalista
("vía chilena al socialismo") de Allende es neutralizado por la
reacción conservadora de la oligarquía vinculada con el capital norteamericano,
que toma el poder a la fuerza y establece una Junta Militar encabezada por
Augusto Pinochet, la cual ordena una violenta represión contra los partidos
progresistas que costará la vida de más de tres mil personas. Es en este
contexto en que el capital financiero considera importante experimentar la
doctrina neoliberal, en Chile, logrando establecerse durante el periodo que
duró la dictadura pinochetista. Este marco doctrinario estaba influenciado por
Milton Friedman y quienes se encargaron de desarrollar y aplicar el recetario
neoliberal fueron economistas norteamericanos y chilenos apodados Chicago
Boys (por haberse formado en la Universidad de Chicago), destacándose de
entre este último Pablo Barahona,
Alvaro Bardón y Hernán Büchi. El FMI ha vigilado permanentemente que este
recetario se aplique sin vacilaciones. El proceso de liberalización de la
economía[9]
pasó por varias fases:
A. Primera fase:
restauración del mercado (setiembre 1973-abril 1975)
Se entregaron las empresas estatales a
inversionistas privados, se eliminaron los controles del mercado por parte del
Estado, se liberalizaron los precios y se estabilizaron a las remuneraciones.
Las consecuencias fueron: alta inflación, aumento del desempleo y lento
crecimiento.
B. Segunda fase:
política de shock (abril 1975-1976)
Se acentuó la contracción del gasto público y se
abrió la economía al exterior. Esto ocasionó que el ritmo inflacionario sea
leve, crezca el desempleo y se produzca déficit en la balanza de pagos.
C. Tercera fase:
leve recuperación (fines de 1976-1978)
Se continúa fomentando el ingreso del capital
extranjero, provocando la reducción de la inflación, reducción de la tasa de
desempleo, pero se mantuvo en sus niveles altos. En el fondo, el objetivo de
este ensayo era la destrucción de todo rasgo de corriente progresista, la cual
representaba una amenaza permanente.
6.2. Estados Unidos y Gran Bretaña
La hegemonía del programa neoliberal no se impuso de
un día para otro, demandó algo más de un decenio. En los primeros tiempos, la
mayoría de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) intentó aplicar remedios keynesianos a la crisis desatada por
la recesión generalizada de 1974-1975. Sin embargo, desde el fin de los años de
1970 —más exactamente en 1979— una nueva situación política se configuró. En
este año comenzó el régimen de Margaret Thatcher en Reino Unido. Este fue el
primer gobierno de un país capitalista avanzado que se comprometió públicamente
a poner en práctica el programa neoliberal. Un año más tarde, en 1980, Ronald
Reagan fue elegido presidente de los EE.UU.
El 4 de noviembre de 1980, Ronald Reagan
ganaba las elecciones presidenciales al demócrata Jimmy Cárter y se transformaba
en la figura política más importante del mundo. Durante el periodo de 1981 a
1989, EE.UU. atravesaba una situación delicada. Tres presidentes habían
luchado, con pocos resultados, contra la inflación y el desempleo. Reagan
impulsó un programa que buscaba sanear la economía, limitando los poderes de la
administración central a favor de las leyes del mercado y de la libre empresa.
Se trataba de un fuerte pensamiento anti estatista y contrario al Estado de
bienestar que propiciaba la desregulación y la llamada "economía de la
oferta", por la cual el Estado proporciona ventajas y exenciones a quienes
poseen los medios de producción en lugar de ayudar al consumidor y estimular la
demanda.
Económicamente, el neoliberalismo en
EE.UU. trató de establecer una economía de libre mercado, algo que
conceptualmente se denominó reaganomics. Supusieron el regreso de los presupuestos de la "economía neoclásica",
especialmente de los monetaristas de la llamada Escuela de Chicago, encabezada
por Milton Friedman. Su presupuesto fundamental era que los cambios en la
moneda suponían la clave de las fluctuaciones económicas. Esta fue la política
económica que aplicó Reagan en su mandato.
La política social de
Reagan llevó a un desmantelamiento del Estado de
bienestar, que ya había sido reducido por las anteriores administraciones. La
estrategia que siguió Reagan constaba de dos pasos: 1) La negativa a dar por
buenas las demandas de la clase trabajadora, y la deslegitimación de los
sindicatos como agencia central de su expresión colectiva; 2) La manipulación
de la política fiscal y de lo
que es racional económicamente para hacer que las demandas de la clase
trabajadora aparezcan como incompatibles con los objetivos de la racionalidad
económica y el interés nacional. Todo se hará en base a la "defensa del
Imperio" y "disciplina fiscal". Las iniciativas de Reagan en
política de bienestar social llevaron consigo recortes presupuestarios
considerables. De la misma manera, la política social de Reagan llevó a una
marginación radical de los pobres con trabajo, al apoyo de los ataques
ideológicos contra la integridad y la dignidad de los beneficiarios de los
subsidios asistenciales, a la utilización del Departamento de Justicia para
acabar con las acciones a favor de la contratación y educación para mujeres y
negros y al fomento de la intolerancia a las inclinaciones homosexuales.
En Gran Bretaña, el Partido de Margaret Thatcher (conservador) había ganado las
elecciones de 1979. Thatcher se proponía aplicar su plan de reducción de impuestos
y aumento en los presupuestos destinados a defensa, ley y orden. En aquel año
de 1979, el desempleo logró alcanzar cifras altísimas, la inflación alcanzó
niveles no vistos en muchos años, el PBI no crecía al ritmo de sus vecinos
continentales y la productividad crecía lentamente. Este fue el marco que
pretendía cambiar el neoliberalismo a la llegada al poder de Thatcher.
Al igual que Reagan, Thatcher abogó por una gran independencia de lo
individual frente al Estado y por la no injerencia del Gobierno en la economía,
así como por las reducciones en los gastos públicos y en el monetarismo. La
coalición de Thatcher ganó tres elecciones consecutivas en base a reducción del
poder de los sindicatos, eliminación de la propiedad municipal, de las viviendas
públicas y reducción de los impuestos directos. Fue un intento de imponer una
modernización económica y también significó un esfuerzo por reconfigurar las
instituciones británicas según las líneas de su pasado histórico. Pronto se
convirtió en un modelo del libre mercado global y sus políticas fueron emuladas
por el mundo entero.
Los diferentes gobiernos dirigidos por Thatcher (1979-1990) refrenaron
la emisión de la masa monetaria, elevaron las tasas de interés, redujeron
drásticamente los impuestos sobre los ingresos más altos, abolieron los
controles sobre los flujos financieros (entrada y salida de capitales),
elevaron fuertemente la tasa de desempleo, aplastaron las huelgas, pusieron en
vigor una legislación antisindical e impusieron recortes en los gastos
sociales. Finalmente, se lanzaron —con un retardo sorprendente si se consideran
las prioridades en el dogma neoliberal— a un amplio programa de
privatizaciones, comenzando por los alojamientos públicos y afectando después a
sectores de la industria básica, tales como el acero, la electricidad, el
petróleo y la distribución de agua. Este conjunto de medidas constituyó el
proyecto más sistemático y ambicioso de todos los experimentos neoliberales en
los países capitalistas avanzados.
6.3. Los demás países de América Latina
Chile ha representado una experiencia piloto para la
aplicación del neoliberalismo de los países de América Latina, pero también ha
servido de campo experimental de los planes que se aplicarían en Europa del
este. Sin embargo, hasta fines de los años de 1980 fueron excepciones en
América Latina. El viraje hacia un neoliberalismo perfilado comenzó en México,
en 1988, con el arribo del presidente Carlos
Salinas de Gortari, prolongándose con la elección de Carlos Menem en 1989, con el comienzo, ese mismo año, de la segunda
presidencia de Carlos Andrés Pérez
en Venezuela y, finalmente, con la elección de Alberto Fujimori como presidente del Perú en 1990. Ninguno de estos
gobiernos hizo conocer a la población, antes de su elección, el contenido de
las políticas que habrían de aplicar. Por el contrario, Menem, Pérez y Fujimori
prometieron exactamente lo opuesto a las medidas antipopulares que aplicaron en
el curso de los años de 1990. En cuanto a Salinas, es de conocimiento público que
no habría sido elegido si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no
hubiera organizado un fraude electoral masivo.
De las cuatro experiencias, tres han conocido un
éxito inmediato sobre la hiperinflación y la crisis de los años de 1980:
México, Argentina, Perú, y una fracasó: Venezuela; la diferencia es importante.
En efecto, las condiciones políticas necesarias para una deflación —la
desregulación, el aumento del desempleo y las privatizaciones— se han hecho
posibles gracias a la existencia de ramas ejecutivas del poder estatal que
concentran un poder aplastante— situación que, como vimos antes, contradice a
los postulados neoliberales, los cuales exigen un Estado mínimo. Este siempre
ha sido el caso en México, gracias al sistema de partido único del PRI. Al
contrario, Menem y Fujimori debieron innovar, instaurando legislaciones de
urgencia, reformas constitucionales u organizando el autogolpe de Estado. Este
tipo de autoritarismo político no ha podido aplicarse en Venezuela.
Sin embargo, no solo en los regímenes autoritarios
se pueden imponer políticas neoliberales. El caso de Bolivia, donde todos los
gobiernos elegidos después de 1985 —el de Paz Zamora o el de Sánchez de Losada—
han aplicado el mismo programa, demuestra que las autocracias, aunque ayudan
mucho, no son indispensables, aun cuando los gobiernos "democráticos"
hayan tenido que tomar medidas antipopulares de represión. La experiencia
boliviana suministra una enseñanza: la hiperinflación, con el efecto
pauperizador que cotidianamente trae para la gran mayoría de la población,
puede servir para hacer "aceptables" las brutales medidas de la
política neoliberal, preservando formas democráticas no dictatoriales.
7. CONSECUENCIAS
·
La sustitución del Estado protector por un
Estado neoliberal, caída general del Producto Bruto Interno entre 1981-1993
(17% en Polonia, 20% en Eslovenia, 28% en Bulgaria, 32% en Rumania, 58% en la
ex Yugoslavia, etc.). Se han podido recuperar algunos de estos países, pero en
ninguno se ha superado la crisis ni se ha iniciado la tendencia al crecimiento.
·
Las economías de los países latinoamericanos se
han convertido en primario-exportadoras (agropecuarios, mineros, insumos y
servicios): Perú con espárragos, harina de pescado y minerales; Brasil con
café, azúcar, madera; Argentina con trigo, carne de vacuno, etc.
·
Liberalización y apertura económica de los mercados
nacionales que no pueden competir con la tecnología de punta de los monopolios
mundiales. Esto trae la quiebra de las industrias nacionales y
el control de los monopolios extranjeros de algún rubro (teléfono, petróleo,
gas, electricidad, minerales, banca, etc.) al privatizarse las empresas
estatales.
·
Consolidación de zonas económicas de libre comercio para incrementar el mercado mundial: APEC, TLC,
Comunidad Europea, etc.
·
En lo social, se
eliminan y atacan los sindicatos u
organizaciones que agrupan a la fuerza laboral.
·
Se produce la caída del nivel de vida:
desnutrición, educación, atención médica, transporte, expectativas
profesionales; ello porque el Estado pretende deshacerse de su responsabilidad.
·
Aumento generalizado de la flexibilidad laboral: despidos, prolongadas horas de trabajo,
irregularidades en contratos laborales (servicios no personales), etc.
·
Aumento de las huelgas en los diversos países del mundo las cuales son respondidas con una
fuerte represión policial y militar.
·
Enriquecimiento de un pequeño grupo de la alta
burguesía y empobrecimiento de la gran mayoría de la población.
·
El Estado se vuelve tecnócrata, controlado
por administradores y economistas "apolíticos" que plantean que los
gobernantes no deben usar los recursos del Estado en políticas populistas.
·
Aumento del individualismo y la "ley de la
selva", donde todo se mercantiliza.
En la
educación se prioriza el esfuerzo "cognitivo" (conocimiento) y se
desvaloriza la educación integral
(cognitivo-biológico-reflexivo-artístico-valorativo). Se induce a la
formación de físicos, químicos, economistas, administradores e ingenieros en
las universidades particulares. Con respecto a las ciencias sociales, se las
tiende a marginar o se ven condenadas a caer en el postmodernismo, que niega su
carácter de ciencia.
Fuente: ICH
[1] MANOR, James. "La política y los
neoliberales", en ¿Estados o mercados? El neoliberalismo y el
debate sobre las políticas de desarrollo. COLCLOUGH, Christopher y MANOR, James
(Compiladores). México, D. E: FCE, 1994, p. 428.
[2] TANTALEÁN, Javier. Prisioneros del mercado: una
crítica al neoliberalismo. Lima: IPADE, 1992, p.
[3] MANOR. James. Op. cit. p. 432.
[4] MANOR, James. Ibíd., p. 437.
[5] En abril de 1947, Friedrich von Hayek convoca a
quienes comparten su vocación y orientación
ideológica en Mont-Pélerin, en el cantón de
Vaud (Suiza). A esta reunión asistieron académicos influyentes como
Milton Friedman, Ludwing von Mises, Karl Popper, Raymond Aron, entre otros. En
esta reunión quedó instituida La Societé du Mont-Pélerin y se estableció
como objetivos básicos la preparación de las bases teóricas y la divulgación de
las ideas neoliberales para su aplicación en las naciones, lo cual no tardaría
en llegar.
[6] COLCLOUGH, Christopher. "Estructuralismo y
neoliberalismo: una introducción", en COLCLOUGH, Christopher y James MANOR
(Compiladores), ¿Estados o mercados? El neoliberalismo y el debate sobre las
políticas de desarrollo. México, D. E: FCE, 1994, p. 428.
[7] Ibíd., p. 429.
[8] HERRERÍAS, Amando. Fundamentos para la historia
del pensamiento económico. México, D. E: Limusa, 2002, pp. 395-396.
[9] Llamado nuevo modelo de desarrollo orientado hacia el exterior.
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